Mucho se habla de ella y algunos llegan a decir que al no tenerla la vida carece de sentido.  Pasión.  Sobre ella hay muchas cosas escritas y bastantes perspectivas sobre las que se aborda que por momentos pareciera que en esta palabra de seis letras recae mucha más responsabilidad de la que ella misma pudiera sostener. Pareciera que el papel de importancia que tiene en la vida del ser humano fue lo que llevó al escritor francés Stendhal a decir “con las pasiones uno no se aburre jamás; sin ellas se idiotiza”.

Otro francés, solo que ahora novelista y crítico apuntaló que “hay pasiones que la prudencia enciende y que no existirían sin el riesgo que provocan”.  Pasión y riesgo, riesgo y pasión.  Dos palabras que a simple vista no quisiéramos que estuviesen juntas pero hay que reconocer que es la mezcla de ambas la que justamente hacen que la pasión se convierta en algo tan emocionante, desafiante y que, casi me atrevería a decir, superando la sensación de respirar brinda esa oportunidad de sentirse vivo.

La todosabia Wikipedia, indica que pasión es “una emoción definida por un sentimiento muy fuerte hacia una persona, tema, idea u objeto.  Así la pasión es una emoción intensa que engloba el entusiasmo o deseo por algo.”  Muy completa la definición que se nos brinda, sin embargo estaremos de acuerdo que ni aún la más amplia explicación que se nos otorgue de esta palabra terminará de enmarcarla, pues las posibilidades de encontrar respuestas es tan variada como seres humanos somos, porque la pasión es personal.  Cada quien la vive de manera particular, cada quien la experimenta desde su individualidad, cada quien la define conforme su corazón late, se apresura y pareciera querer salirse cuando se experimenta.

Eso hace la pasión, nos hace vibrar, nos hace cobrar fuerza y ánimo en medio de la adversidad, la pasión nos enseña por sí misma que vale la pena seguir adelante aún cuando para el resto de la humanidad parezca locura lo que decidimos hacer.  En ella cabe toda explicación por ilógica que parezca, pues la pasión no entiende de razones para perseguir sus ideales, sencillamente se desborda en la búsqueda de alcanzar lo que pretende pues sabe que vale la pena pagar el precio que se le exija por alto que este parezca.

Ahora entiendo por qué de manera tan atinada han denominado esta semana como la semana de “La Pasión”. Porque no se midieron esfuerzos, Él hizo todo lo que estuvo a su alcance, tomó todo lo que tenía para entregarlo sin importar que la gente lo despreciara y estuviera dispuesto a cambiarlo por uno de los más grandes terroristas de aquel tiempo, no le importó ser azotado, humillado, ser objeto de burlas,  la cruz era necesaria, pero la tumba vacía era el destino.  Si como dice la Wikipedia, la pasión requiere de un objeto de dirección, en el caso de Jesús, usted y yo, amigo mío, nos convertimos en la razón de Su Pasión.