Durante los últimos años de manera intencional he estado dándome a la tarea de
conocer a alguien con el objetivo de poder sacarle mayor provecho. No piense que soy
un aprovechado, al contrario me he dado cuenta que esta persona es la primera en
estar interesada en que le saque “todo el jugo posible”. Por extraño que le pueda
parecer se siente bien cuando lo hago, cuando logro explotar todo lo puede dar en
aquellas actividades para las que ha sido diseñado.
No ha sido fácil. Conocerlo no es tan sencillo porque no había sido natural en él que
alguien se interesara en esta tarea como yo lo he venido haciendo. Es más, durante
muchos años confiesa que en esa falta de interés porque alguien lo conociera a
cabalidad se sintió vacío, como que algo le hacía falta. No porque no existieran logros
o reconocimientos. Le iba bien donde trabajaba, o por lo menos en lo que a social y
comercialmente se refiere. Sin embargo, la pesadez de ir a trabajar era una constante
en su diario vivir. Los domingos por la tarde eran días complicados al darse cuenta
que al día siguiente debía volver a su empleo.
Precisamente, a raíz del interés que mostré por conocerle las cosas empezaron a
cambiar. Pudo ser más honesto y logró abrir más su ser interior a reconocer que es lo
que realmente le apasionaba. Tomó el valor de adentrarse en la búsqueda, no solo de
aquello que le hacía productivo, sino de aquello que le llevara a ser feliz. Se imaginará
que fue toda una tarea. Una jornada de descubrimiento que, aún al día de hoy sigue
pues ha reconocido que el viaje del conocimiento no cesa.
Estoy convencido que, a estas alturas de la lectura, usted ya sabe de quién hablo.
Efectivamente, se trata de mi propio ser. Conocerme ha sido una de las aventuras más
interesantes que he llevado durante los últimos años. Complicada por ciertos tramos.
Reveladora en muchos aspectos, pero sobre todo dejando un balance positivo. He
avanzado en muchos aspectos en saber mis capacidades y desarrollar competencias;
pero, al mismo tiempo, he descubierto una amplia gama de limitantes y necesidad de
complementos que necesito para poder funcionar mejor en este mundo. He sabido
como aquello que llamo cualidades y debilidades son sencillamente características
que debo saber manejar y administrar de manera adecuada pues ambas, en momentos
determinados, me favorecen para poder avanzar.
Eso es lo maravilloso de conocernos. Desde lo que hacemos, hasta lo que pensamos.
Comprender nuestra configuración es espectacular, pues nos brinda una panorámica
mejor de lo que a nuestro alrededor sucede y sobre todo del por qué lo interpretamos
de la manera en que lo hacemos. Esa forma en que reaccionamos se debe
precisamente a la manera en que vemos e interpretamos nuestro alrededor. Una
manera única y particular, como sucede con cada persona que nos rodea y he allí la
gran diferencia que tenemos con el resto de personas. Conocerse es la clave y en la
búsqueda de ese descubrimiento le pregunto, usted ¿se conoce?