Hace algún tiempo leí sobre la historia de Annie Downs. Ella trabaja en el Mocha Club,

una entidad sin fines de lucro de Nashville que recauda fondos para los países en vías

de desarrollo con la colaboración de diversos grupos de música. En una ocasión, Annie

llamó a su jefe y le dijo algo inusual: “Tengo una idea y mañana empezaré a trabajar en

ella. No me tomará mucho tiempo y costará mucho dinero y creo que funcionará”.

 

Seguramente la pregunta que tenga usted es ¿Cuál fue la idea? Pero eso no es lo más

importante. Lo relevante fue el cambio de actitud: por primera vez Annie dejó de

esperar instrucciones, tomó la iniciativa. Con su actitud, ella hizo justamente algo que

marca una diferencia: Se convirtió en alguien que empieza algo, alguien que inicia,

alguien dispuesto a correr el riesgo de hacer algo con tal de obtener algo.

 

La historia de Annie es la historia de muchas personas, tal vez no dedicados a trabajar

en una entidad sin fines de lucro, pero si con la misma particularidad de ser

iniciadores. ¿Alguna vez se ha explicado de dónde surgen todos esos vendedores

ambulantes cuando el tráfico se pone pesado? ¿Ha sabido de dónde surgió la iniciativa

de sorprendernos con accesorios que ni siquiera sabíamos que necesitábamos?

Justamente el inicio de esto está en la pasión (o necesidad) de las personas por ir más

allá de lo que se le pide.

 

Ese factor de iniciativa es un elemento vital en el desarrollo del liderazgo. Al igual que

con Annie, nos recuerda que el liderazgo no está ligado necesariamente a la posición.

Ella llegó con la propuesta a su jefe, lo cual nos muestra que el verdadero liderazgo es

capaz de ir más allá del cargo que poseemos. El inicio del desarrollo de una buena

idea es justamente dar los primeros pasos para poderla realizar, seguidamente es

probable que sea necesario buscar los aliados adecuados, pero ellos no llegarán

mientras no tomemos la iniciativa de accionar.

 

¿Cuál es la idea que no ha propuesto? ¿Qué le impide que lo haga? Muchos de los

temores que tenemos de tomar la iniciativa hacia lo que deseamos realizar no tienen

mayor fundamento que la falta de experiencia que poseamos, la cual será resuelta

justamente en la puesta en marcha de lo propuesto. El temor será natural, lo

importante es más allá de este temor y aprender a confiar en nosotros mismos y las

ideas que tengamos para poderlas ejecutar.

 

Recuerde: El líder es justamente aquel que va más allá de las instrucciones y toma la

decisión de avanzar en la propuesta de ideas y hace funcionar iniciativas que procuren

el bien común. Hoy podría ser el día determinante en su vida en el que a través de

tomar la iniciativa precisamente sea el inicio de una travesía que le lleve por el camino

de la realización de sus sueños.