(Tomado de www.benziger-la.com)
Empecemos con el concepto de preferencia. La evidencia sobre la existencia de preferencias naturales viene de cinco áreas de investigación. Primero, la investigación realizada en los ochenta por organizaciones atléticas demostró que la dominancia es la principal regla general de los sistemas humanos. Mostró que las personas tienen preferencias sobre el uso de sus manos, brazos, piernas etc. Además, mostró que el éxito de un individuo en gran parte depende de que el patrón de dominancia natural del individuo concuerde con la tarea que se le ha asignado. De este modo, los mejores previsiblemente eran cuya preferencia hemisférica con respeto al uso de sus manos, brazos, piernas y pies era opuesta a su dominancia en los ojos (en otras palabras, si usaban su mano derecha, brazo derecho, pie derecho y pierna derecha, también usaban más su ojo izquierdo).
Segundo, el Langley Porter Neuro Psychiatric Institute en San Francisco demostró que la regla de dominancia abarca algunas formas de actividad neural y demostró que las personas tienen diferentes dominancias sensoriales. Así, las personas preferiblemente son auditivas, visuales, cinéticas u olfativas. Además, demostró de manera impresionante que las personas son más receptivas a situaciones y estímulos que contienen cantidades significativas de información adecuada para su dominancia sensorial.
Tercero, el trabajo sobre neurotransmisores y neuropeptidos en la corteza cerebral ha revelado que las personas tienen niveles diferentes de resistencia eléctrica en diferentes regiones del cerebro. El resultado es que cuando alguien usa una destreza que se ejecuta en una región en la cual esa persona tiene un nivel de resistencia eléctrica bajo, piensa más fácilmente y metaboliza solo niveles moderados de energía. Un arquitecto que visualiza un edificio nuevo solo muestra niveles moderados de metabolismo en su lóbulo frontal derecho encargado de visualizar, mientras que un contador que hace la misma tarea muestra un nivel relativamente más alto de metabolismo. Además, el contador piensa más fácilmente cuando analiza un conjunto de números y muestra solo niveles moderados de metabolismo en su lóbulo frontal izquierdo, mientras que el arquitecto al hacer esta tarea muestra niveles relativamente más altos de metabolismo. La eficiencia eléctrica en el cerebro aumenta con el desarrollo de las competencias (o sea, practicar, practicar y practicar hasta alcanzar la perfección).
Pero las diferencias anteriores parecen seguir siendo válidas incluso cuando los individuos involucrados tienen competencia desarrollada en la destreza que se está monitoreando.
De hecho, en esta arena, el trabajo del Dr. Richard Haier en San Diego sugiere que la proporción de energía consumida puede ser de 1 a 100. O sea, el modo dominante natural es 100 veces más eficiente o eficaz. Si esto es cierto, significa que (1) el costo de la adaptación, Falsificación del Tipo, en términos únicamente de fatiga es astronómico y que (2) usar nuestras preferencias naturales la mayor parte del día puede ser el método más grande y personalmente importante para la conservación y el manejo de nuestra energía.
Cuarto, en su trabajo sobre el Flujo, el Dr. Mihaly Czikszentmihaly sugiere que las experiencias óptimas que combinan un nivel alto de interés natural (concentración) con suficiente destreza para realizar la tarea con facilidad tienen un efecto beneficioso en nosotros relacionado con la experiencia derivada de su significado y propósito. Flow,
Quinto, el conocimiento sobre la estructura cerebral adquirido en las últimas décadas también revela un fundamento para la premisa de Jung de que todos tenemos una debilidad natural afirmada por nuestra fortaleza. Esto porque aunque existen conductos neuronales potentes que corren entre el lóbulo frontal izquierdo y el derecho y entre los cortes sensoriales izquierdo y derecho y aunque el funcionamiento de la corteza cerebral psicomotora parece operar como un conducto poderoso entre cada lóbulo frontal y la región sensorial en su hemisferio, parece que no hay conectores diagonales en el cerebro. O sea, si tenemos una función dominante (donde pasamos tanto tiempo como podemos porque es divertido y fácil hacerlo), la función en diagonal es de hecho, inaccesible para nosotros.
Además, los conductos que sí existen sirven para confirmar que los auxiliares están disponibles para el modo dominante tanto por estar físicamente junto al modo dominante como por estar directamente conectados a él.
La estructura subyacente de esta “disponibilidad” puede incluso ser la base de la observación de Jung de que cuando una persona intenta usar su modo inferior, siempre estaría “contaminado por uno de sus auxiliares”. Con el fin de llegar al modo de sentimiento desde el modo de pensamiento, la persona debe caminar mentalmente a través del auxiliar. Por supuesto, este paso “contaminaría” o mancharía la expresión del modo inferior. Las conexiones, oportunidades e implicaciones son infinitas.