Seguramente se recuerda de lo hecho por Warren Buffet hace algunos años. Esa acción “extraña” que este multimillonario realizó al donar a la fundación de Bill Gates (otro adinerado de nuestra era) alrededor de 31mil millones de dólares. Más allá de la sorprendente cantidad que en sí misma causa admiración, resulta digno de análisis las dos expresiones que Buffet utilizó al momento de hacer declaraciones al respecto. La primera fue algo así: “Doy este dinero a la fundación Gates porque ellos saben mejor qué hacer con ese dinero que yo” Dicho en otras palabras: “Ellos tienen una fortaleza que yo no poseo”
El liderazgo requiere humildad. La suficiente humildad como para reconocer aquello en lo que no somos buenos. La suficiente humildad como para saber que hay otros que pueden hacer mejor las cosas de lo que nosotros podemos hacerlo. La humildad necesaria como para hacer brillar a nuestros aliados lo suficiente para que los proyectos salgan adelante. El líder requiere anclarse en la humildad, dejar que sea ella quien le mantenga los pies puestos en la tierra para soñar y alcanzar adecuadamente grandes alturas.
La humildad hace suceder las cosas pues permite brindar los espacios adecuados a aquellos que tienen un gran potencial para ser desarrollado. La humildad congrega talentos, ya que genera una fuerza de cohesión necesaria para amalgamar las fortalezas de un grupo de personas que se reúnen para hacer avanzar una causa común. El orgullo frena el desarrollo de los equipos, el individualismo seguirá teniendo resultados individuales que difícilmente alcanzarán los resultados que un trabajo conjunto pueda desarrollar.
Tal vez no todos seamos millonarios hablando económicamente pero le garantizo que usted es millonario en por lo menos un talento. Posee una fortaleza particular que puede aportar mucho al desarrollo de otros ¿Qué hará con ese precioso tesoro que posee? Mi experiencia me indica que, al ponerlo al servicio y unidad de otros, los resultados son más que sorprendentes. Por cierto, mencioné que Buffet hizo dos declaraciones en aquel entonces: mis reflexiones en torno a la segunda se las daré en otra ocasión.