El pasado sábado tuve el gran privilegio de participar en un programa de radio. Fue
emocionante, pues hacía ya algunas semanas que no tenía contacto con este medio que
me apasiona tanto. El tema que se abordó fue el de la gratitud. Fueron dos horas en las
que, desde aclarar que la intención de la conversación iba más allá de la buena
educación que representa decir “gracias” cuando alguien nos cede el paso en medio del
tráfico o nos hace algún tipo de favor casual, hasta llegar a lo complejo y poco explicable
que resulta estar agradecido por las situaciones adversas que pudiéramos estar atravesando.
Ser agradecido por momentos no resulta lógico. Tiene sentido agradecer por las
bondades, los favores recibidos, lo bien que nos trata la vida, lo ha gusto que la pasamos.
Pero ¿agradecer cuando las cosas no salen bien? ¿Dar las gracias por ser despedido y
pasar tiempo sin encontrar empleo? ¿Agradecer en medio de la enfermedad? Mmmm…
honestamente no es lógico. No es sencillo de explicar. Justamente esa fue una de las
conclusiones a las que yo mismo fui llegando en ese programa: La gratitud es algo que
es muy difícil de explicar y hacer entender a alguien que no la ha practicado, pero que, si
usted la ha vivido, sabe de lo que estoy hablando.
La adversidad nos hace reflexionar, vale la pena dar gracias por eso. Los problemas nos
invitan a aliarnos con otros, es una razón para dar gracias. Las dificultades ponen a
prueba nuestras capacidades, un “gracias” más por eso. Todo lo que no deseamos vivir
nos llega a enseñar las razones por las cuales sí vale la pena vivir, ¿escuché un “gracias” por eso?
Gracias. Una palabra que va más allá de la buena educación. Una palabra que puede
llegar a cimentar un estilo de vida que abra las puertas a una nueva dimensión. La
gratitud es parte de los fundamentos que considero necesarios para una vida feliz. No
he encontrado una persona que sea feliz y que no sea agradecida.
RETO DE GRATITUD: Hoy, quisiera proponerle un desafío, un reto. Le llamo “El desafío
Gratitud 777”. Durante 7 días le invito a que busque a 7 personas, una persona cada día,
para darle las gracias por el aporte que ha representado a su vida. Siete días, siete
personas, siete gracias. Puede ser alguien mediático a esta época, pero le invito a hacer
la prueba con alguien que tenga tiempo de no saludar. Hágalo por correo, redes sociales,
mensaje de texto o mejor si es una llamada telefónica. ¿Extraña propuesta? En una
sociedad donde la gratitud no aparece en los titulares de noticias, hacer este tipo de
propuestas seguramente parece extraño. Sin embargo soy un convencido que, en el
impacto que puede llegar a tener en cada uno de nosotros y aquellos con quien los
practiquemos, vale la pena. Esta acción inesperada estoy seguro que generará efectos
multiplicadores en el ánimo y fuerza de vida tanto en la de aquel que lo reciba como en
la suya. Si decide aceptar el desafío, le pido un favor: comparta conmigo que lo ha
aceptado y retroaliménteme al respecto a jfc@agentedecambio.com. Me dará mucha
alegría recibir sus noticias. Anticipadamente: ¡Muchas Gracias!