“La persona más complicada de liderar es uno mismo” Han sido tantas las ocasiones
que he escuchado esta frase que, en mi caso sería complicado podérsela atribuir a una
persona en particular. Se ha convertido en una verdad de vida tan fuerte, pero con la
misma implicación que muchas de esas verdades que son fundamentales para saber
vivir: no la aplicamos.
Autoliderazgo, el arte de sabernos gobernar a nosotros mismos. No de mandar a
alguien más, no de lograr que otros hagan lo que deseamos, no de buscar que sean
personas distintas a nosotros mismos quienes consigan los resultados. Se trata de
liderarnos a nosotros mismos, comprender cuál es la esencia del gobierno personal y
hacer una transición del estado consciente de toma de decisiones al estado
inconsciente de la toma de ellas reflejando un estilo de vida congruente.
Diferentes expertos en el tema del liderazgo coinciden con diferentes aspectos que
nos llevaran a ese control y gestión adecuada de nosotros mismos. En esta
oportunidad le presento cinco de estos elementos que, para su más sencilla
comprensión y recuerdo, coinciden en iniciar todos con la letra “A”.
Autoconocimiento. Usted sabe que es uno de mis tema favoritos, de los que puedo
llamar tema de vida. Conocerse es la clave. Saber de qué recursos dispone, cuál es su
configuración, los diferentes aspectos que conforman su lenguaje del
comportamiento. La consciencia sobre nosotros mismos es fundamental para
podernos liderar.
Autoestima. El grado de aprecio o valor que sintamos para con nosotros mismos.
Producto de aspectos de formación, retroalimentación y aceptación, la autoestima se
convierte en uno de los aspectos fundamentales en el inicio de nuestras relaciones.
Una autoestima golpeada difícilmente logrará potenciar toda la capacidad que la
persona posea.
Autogestión. Daniel Goleman la considera uno de los pilares de la Inteligencia
Emocional, pues en la regulación adecuada de nuestras emociones radicará mucho de
la proyección y, por ende, de los resultados que como seres humanos logremos.
Autonomía. La tenencia y vivencia de prioridades personales. Esto tiene que ver con
visión, objetivos, metas. Nuestras decisiones serán mucho más determinantes en la
medida que estén sustentadas y orientadas hacia objetivos claros de vida.
Automotivación. La capacidad de no depender de elementos externos para tener la
fuerza interna para avanzar independientemente de las circunstancias que se estén
viviendo.
Se dará cuenta que de cada uno de estos aspectos se puede hablar muchísimo, sin
embargo en la consideración general que nos brinda una visión rápida de cada uno de
ellos nos daremos cuenta como el rompecabezas de liderarnos a nosotros mismos se
va formando.
No es una tarea sencilla, cada elemento reviste un trabajo duro e intencional para
lograr resultados de satisfacción; es por ello que el proceso de liderarnos a nosotros
mismos es el más complicado dentro de los aspectos de liderazgo. Frecuentemente he
escuchado el desafío relacionado a ¿cuán buen líder soy de otros? Hoy quisiera
preguntarle ¿Cuán buen líder es de usted mismo?