Ser padre se convierte en una de las tareas más desafiantes que podemos encontrar.

Curiosamente es uno de los roles para los cuales menos preparación previa recibimos.

Para conducir un vehículo, usted tiene que dejarse enseñar por alguien, pasar un

examen y luego de aprobarlo le emiten el respectivo permiso para poder manejar. En

el caso de ser padre, no se hace eso: cualquiera está apto para poderlo conseguir.

¿Qué le parece? Lo cierto del caso es que, en medio de la falta de preparación que

muchos de nosotros hemos tenido par desempeñar este papel, se vuelve al mismo

tiempo en una experiencia gratificante.

 

No importa cuántos hijos tenga, la vivencia será diferente con cada uno de ellos y, por

lo mismo, el trato que tengamos con ellos debe ser diferente. En esta oportunidad

quisiera compartirle 3 acciones que considero pueden serle de utilidad. Podrá darse

cuenta que son simple, pero al mismo tiempo muy profundas y, por lo mismo, le invito

a no minimizarlas.

 

1. Encare la paternidad desde una perspectiva positiva y optimista. Muchos

piensan que tener hijos en esta época es una locura pues la situación está difícil

pero ¿No es lo mismo que escucharon nuestros padres y nuestros abuelos? “Si

yo sé – me dirá – pero no estaba tan complicado como ahora” Tiene razón y,

por lo tantos, se hace necesario que seamos padres que de manera agresiva e

intencional los preparemos para encarar esta realidad de la forma adecuada.

Ellos fueron enviados por un propósito, un destino de transformación es el que

ha sido diseñado para ellos y en nuestras manos está que podamos tener desde

ya una visión positiva y optimista del futuro que ellos mismos serán

responsables de formar.

2. Considere el crecimiento como una serie de pasos pequeños. Esto implica

creen en los proceso, disfrutar el día a día. Si bien tenemos un anhelo de su

futuro, es importante valorar y apreciar el hoy. El momento fundamental para

ellos es el que está viviendo con ustedes hoy y, sin importar la edad que tengan,

se hace necesario apreciar a fin que esa acumulación de instantes formen los

hombres y mujeres que el mundo necesita.

3. Reconozca el privilegio, pero también la responsabilidad. Ser padres nos

otorga enormes oportunidades pero al mismos tiempo genera grandes

compromisos. Tenemos la oportunidad de formar los principios y valores de la

próxima generación, hoy se nos permite que seamos nosotros quienes

alimentemos los sueños de estos pequeños que se encarguen de cambiar el

mundo, pero al mismo tiempo nos hace responsables de toda esa formación.

 

Como pocas, la nuestra está frente al desafío de formar una generación que está

siendo bombardeada como nunca antes por sistemas y formas de pensar capaces de

destruir su futuro; es allí donde radica la importancia de valorar el presente y hacerlo

precisamente eso: el mejor regalo que podamos darles.