Del pasaje de Génesis 1.25-28 se desprenden cuatro grandes verdades que se convierten en base fundamental para cimentar nuestra identidad y sentido de propósito en esta tierra:
1. El ser humano es la cumbre de la creación. Usted fue diseñado como un ser superior a todo lo creado. La plenitud de la creación de Dios se encuentra reflejada en su persona. En la mente de Dios usted fue planeado como Su obra maestra. Nada hasta ese instante había sido creado que pudiera llenar por completo las expectativas de Dios como cuando consideró ponerlo a usted sobre esta tierra.
2. El ser humano ha sido diseñado a imagen y semejanza de Dios. Probablemente el previo conocimiento de esta verdad se ha vuelto tan repetitivo en su vida que ha perdido la dimensión del poder que esto encierra. Sin embargo esta frase es un reto a la búsqueda de las cualidades divinas que pueden ser imitadas por usted. La capacidad que Dios tiene para amar en medio de la traición, la bondad que encierra el corazón divino de mostrar misericordia al que no la merece, la virtud de la excelencia en todo lo que Dios hace, el poder que tiene una palabra de ánimo para levantar al caído, son las cualidades que desde el principio Dios depositó en su vida para que puedan ser desarrolladas. Cristo mismo nos lo dijo en Juan 14:12 “En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores que éstas hará, porque yo voy al Padre.” No por mérito propio, sino por la Gracia recibida por parte de Dios y la búsqueda constante de obedecer su voluntad.
3. El ser humano fue creado para dominar. Esto implica la capacidad de estar por cabeza incluso de nuestras propias pasiones. Juntamente con el señoría que se le otorgó al ser humano sobre todo lo creado le fue entregada la capacidad de gobernarse a sí mismo. ¿Qué Dios sabio hubiera puesto la confianza de toda su creación en manos de alguien que no fuera capaz de gobernarse a sí mismo? El dominio mencionado en este pasaje trasciende más allá de lo que físicamente el hombre ha llegado a conquistar. El más grande de todos los retos que el hombre ha enfrentado durante siglos ha sido el del gobierno de sí mismo y de sus pasiones; pero, Dios ha dotado al ser humano por medio de la persona de Jesucristo de su gracia todo suficiente para llegar a ser las personas que Él ha diseñado que sean.
4. El ser humano fue creado para producir. Como ninguna otra criatura sobre la tierra, el hombre fue dotado de la capacidad creativa. El ser humano fue dotado, no solamente de la habilidad de hacer cosas nuevas, sino también de la capacidad de dominar esas cosas creadas. La cualidad productiva que tiene el ser humano es un llamado a ofrecer el talento que Dios a puesto en su vida a Su servicio. Todo cuanto somos capaces de hacer debe tener un objetivo: Hacerlo en excelencia para la Gloria de Dios. Todo lo que hagamos fuera de ese objetivo será contrario a la voluntad de Dios e inevitablemente traerá insatisfacción.
Luego de haber visto estas verdades estamos adentrándonos al encuentro de nuestra identidad como cristianos, como llamados a ser imitadores de Cristo, como Agentes de Cambio en una sociedad que clama a gritos por personas decididas a ser un ejemplo digno de imitar. Recuerde: Usted es parte de un plan maestro diseñado por un Dios lleno de bondad y supremo poder, con un objetivo individual en beneficio de aquellos que le rodean en la búsqueda de Glorificar el nombre de Dios. Mantenga esto fresco en su mente, atesórelo en su corazón, vívalo diariamente y jamás volverá a ser el mismo.