Constantemente nos vemos cometiendo acciones que no son agradables a Dios, y tristemente hemos de reconocer que luego de haberlas cometido no resultan agradables ni a nosotros mismos. La falta de conocimiento real sobre lo que es, lleva a cometer acciones que no debería ser parte del comportamiento cotidiano, por la sencilla razón que no fuimos diseñados para esto. Bajo el paradigma que somos lo que hacemos, nos vemos presos de calificativos hacia nosotros mismos que pueden tener muchas ramificaciones pero que llegan a coincidir en un tronco común: el de pecadores.
Sin embargo, la Biblia nos muestra que esto es contrario al plan original de Dios. Se nos muestra por medio de verdades que contrario al paradigma antes mencionado, debemos hacer las cosas en base a lo que somos. Fuimos diseñados para propósitos por encima de las acciones que muchas veces realizamos, nuestro destino fue planeado con fines mucho más excelentes que las acciones pecaminosas que nos vemos haciendo.
Por esta razón, considero de suma importancia que en la recuperación real de nuestra identidad como cristianos, pueblo de Dios, llamados a marcar una diferencia en nuestra sociedad examinemos, el origen del ser humano, nuestro origen y el plan para el cual Dios nos ha diseñado. Observe lo dicho en el libro de Génesis lo que indica en relación a esto:
GENESIS 1:2528 E hizo Dios las bestias de la tierra según su género, y el ganado según su género, y todo lo que se arrastra sobre la tierra según su género. Y vio Dios que era bueno. Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra. Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sojuzgadla; ejerced dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra.
La intensión de Dios fue clara al crearnos: convertirnos en el reflejo de lo que Él es. De tal manera que, para poder avanzar en el desarrollo y construcción de nuestros sueños es necesario que tengamos la firme determinación de avanzar en afirmar nuestra identidad. Definir y asegurar quiénes somos, nos llevará a hacer lo que debemos hacer.