Está planteado de una forma sencilla, sin mucho adorno ni palabras complicadas. Busca llegar, sin darle muchas vueltas, al fondo del asunto. Todos en algún momento lo hemos oído, y más de alguna vez se lo hemos aconsejado a otros. Pocas, palabras y un gran mensaje: “amarás… a tu prójimo como a ti mismo”. Una sencillez de dicción que pretende convertirse en una profunda convicción.
Sin embargo esta frase, fácil de leer, razonar y hasta de entender, no es tan fácil de vivir. ¿Por qué? Porque su costo es muy alto. Ya de por sí el “simple” hecho de amar a los demás no es barato (sino me cree consulte 1 Corintios 13), y encima de eso el patrón de comparación resulta bastante incómodo ¿ya se fijó cual es? como a ti mismo. No es asunto de “estimarlos mucho” ni de “tenerles bastante cariño”, va más allá de todo eso, implica sentir por otros lo que sentimos hacia nosotros mismos. Esto podría no gustarnos mucho, pues implica bajarnos de nuestro bien acomodado trono de egoísmo, cambiar nuestra forma de pensar. Ya no simplemente se requiere ver donde le aprieta el zapato al prójimo, sino ponernos sus zapatos y sentir realmente dónde y de qué manera le están apretando. Es ver que, si bien somos el ser más importante de la creación, no
somos el único.
Existen a nuestro alrededor muchas personas que en su silencio piden a gritos ser escuchadas, que buscan comprensión de nuestra parte, pero no una comprensión de compromiso, sino un compromiso en la comprensión. Diariamente, al preguntar a otros cómo están, escuchamos por pura inercia un “bien gracias”, se ha vuelto parte de la costumbre, sin embargo ¿será cierto? Nos conformamos con esa respuesta que pocas veces examinamos el fondo de esa respuesta. Ignoramos si atrás de ella existe dolor, frustración, desánimo los cuales serán aspectos que afectarán en el rendimiento de dichas personas.
Así que ya lo sabe, cuando su amigo busque ayuda, comprensión, pero sobre todo amor, vaya más allá de él mismo y piense en cómo le gustaría a usted ser atendido y ponerse en los zapatos de los demás y determinar realmente donde es que les aprieta.